El monitoreo de las actividades de investigación es fundamental para asegurar la transparencia y el uso
eficiente de
los recursos, garantizando que los proyectos se alineen con los objetivos estratégicos y contribuyan al
desarrollo
científico y social.
Esto permite evaluar el impacto y la calidad de las investigaciones, identificar necesidades y
oportunidades de mejora,
fomentar la colaboración interdisciplinaria, y cumplir con normativas éticas y legales. Además, facilita
la rendición de
cuentas ante la sociedad y organismos financiadores, respaldando la justificación de fondos y la
atracción de recursos
adicionales, todo ello en beneficio del avance del conocimiento y la formación académica.